jueves, 11 de diciembre de 2008

Trabajo parcial 1. Ensayo

La comprensión y el juego de la actitud
David Arroyo Hernández
Palabra clave: comprensión, actitud, valores.

Resumen
La comprensión a partir de la reflexión del texto de Morín como un pensamiento primario en el rol educativo y de participación social, partiendo de la problemática que enfrenta en el medio educativo y social a partir del desarrollo educativo Continuando con la presentación de la aptitud de los participantes en el contexto escolar como un problema ético con la repercusión profesional y personal en detrimento de la comunidad social; cerrando el texto con una serie de propuestas qué pueden contribuir en la solución del problema.

Introducción
Durante el desarrollo del tema el trabajo comienza como una exploración en cuanto la comprensión en su complejidad y extensión; retomando la problemática por la cual cursa hoy día tanto en el nivel educativo como en el de participación social, presentado mediante ejemplos acontecidos en instituciones educativas resaltando el hecho de la situación imperante de esta actitud de pensamiento superior. A continuación se aborda el problema de la actitud, con el propósito de exponer los puntos de partida tendentes a identificar las dificultades por las que atraviesan los valores éticos y morales en el contexto escolar; al final, el documento arriba a las conclusiones, mediante una serie de propuestas y reflexión que exponen una serie de estrategias de educación planteadas como alternativas de solución para el fortalecimiento de la comprensión cognitiva y humana.

Cómo pretexto, el rol de la comprensión.

Indudablemente la comprensión juega un rol importante en la vida de cada individuo debido a que ella desencadena algoritmos mentales superiores los cuales permiten concebir la realidad o irrealidad tanto de los hechos o eventos en los cuales se desenvuelve directa o indirectamente este pensamiento.
Ahora, si conceptualizáramos lo anterior descrito obtendríamos como resultado la acción de comprender, caracterizada por la búsqueda de justificados o razones de los actos naturales acontecidos. Considerando que en ella misma confluyen paradigmas educativos, culturales, morales, psicosociales, religiosos, entre otros tantos que antepondrán prejuicios por parte del ente ante la reflexión de la acción a cifrar, lo cual tendera a concebir o desvirtuar la realidad de los acontecimientos. De acuerdo a lo anterior cabe resaltar la dicotomía del andamiaje construido por el individuo a la hora de separar las partes para su entendimiento, es decir, a mayor carga de conocimiento en la decodificación mayor complicación en el resultado de la reflexión.
Por ende, podemos considerar que este tipo de raciocinio utilizado por el ser humano es de vital importancia, debido a que este pensamiento propicia la generación de seres potencialmente críticos en beneficio de una sociedad plural y solidaria.
Por otro lado, consideremos la siguiente aseveración de Morín E., (1999), “La información, si es bien transmitida y comprendida, conlleva inteligibilidad, primera condición necesaria para la comprensión, pero no suficiente.”, entonces tendríamos que revalorar la práctica del proceso de comunicación acontecido cotidianamente debido a las constantes dificultades dialécticas en la comunicación entre individuos, los cuales conflictuan los mensajes, debido a que los códigos utilizados no se entienden en el proceso si este es el caso o en su defecto el obstáculo permanente que es la falta de atención al emisor por una infinidad de razones equidistantes al interlocutor, es decir, no sabemos escuchar con respeto y la debida atención en su momento. Por lo tanto, implica un retroceso en el avance del ejercicio de la comprensión entre individuos; el paso inicial para la comprensión es saboteado por uno mismo, ¡vaya situación!.
Por ejemplo, en la cotidianidad de las actividades escolares suele presentarse al interior de las aulas acontecimientos recurrentes como: el profesor comunica una serie de instrucciones para realizar una serie de ejercicios matemáticos que a simple vista se consideran de un nivel fácil de resolver, sin embargo, el docente no se detiene a analizar y plantear los propósitos que persigue con dichas actividades, él ya explico el conocimiento por ende los alumnos ya comprendieron y pueden resolver los ítems, sin embargo, durante la revisión de los resultados oh! Sorpresa, error tras error, escasos resultados correctos. Entonces lo que se creía aprendido por los alumnos no era así, por consiguiente se presentan una serie de frases: ¿qué no entendieron? ¡Tienen que poner más empeño en lo que realizan! ¿Pongan atención cuando explico? Y así entenderán, entre otras. Pero, dichas acciones fueron adecuadas o no. ¿Tú qué opinas? se presenta una área de oportunidad para reorientar la estrategia de enseñanza y así mejorar la comprensión del conocimiento matemático. Afirmo que sí.
Si, trasladamos la frase anterior de Morín al hecho educativo no sería diferente el resultado debido a que al interior del aula presenta una diversidad multifactorial de situaciones entre docentes y alumnos donde la zancadilla al ejercicio de la comprensión es más vulnerable.
Con relación a lo anterior mencionemos un ejemplo:
“El devenir de la educación en cuanto la comprensión fallida”.
De acuerdo a lo descrito anteriormente e inspeccionando lo que acontece al interior de los aulas donde “se pretende” desarrollar el proceso enseñanza aprendizaje como la finalidad principal de la educación observamos que los resultados que presentan los profesores son satisfactorios en cuanto al ejercicio escolar se refiere, donde la comprensión de los conocimientos ha sido la base valorativa para signar evaluaciones sumativas también satisfactorias para los alumnos según sea el caso.
Sin embargo, los logros del conocimiento social que permite a los educandos interactuar, socializar y participar tanto en su comunidad como en la sociedad misma no reflejan lo satisfactorio de la valoración de los profesores fuera del contexto escolar. Entonces qué sucedió con el ejercicio de comprensión, reflexión, análisis, entre otros aspectos importantes practicado en las diferentes asignaturas.
Reflexionemos lo siguiente: “se pretende”; así es, los docentes pretenden implementar y desarrollar los planes y programas educativos a partir de los contenidos propuestos, basándose en la comunicación como su principal estrategia de intervención apostando a ella la obtención de resultados positivos y satisfactorios en la comprensión de los conocimientos por parte de los alumnos, sin embargo, esta propuesta no implica tener necesariamente resultados positivos.
De acuerdo a Morín E., (1999), “la comunicación no conlleva comprensión”. Aunque el proceso de comunicación sea el adecuado, que por lo regular no es así.
Luego, la interacción propuesta por los docentes en el aula no implica poner énfasis en la comprensión de los conocimientos o de las tareas que se estén realizando sino en sólo contestar los ejercicios en el menor tiempo posible, así mismo, el profesor obtiene información que no valora para la pertinente toma de decisiones que mejorarían el proceso enseñanza aprendizaje en cuanto la comprensión de lo realizado o de los conocimientos empleados y aplicados.
Entonces los docentes descuidan la etapa formativa de “enseñar la comprensión” o tendríamos que preguntarnos si los docentes entienden las sesiones o secuencias de aprendizaje que están implementando con sus alumnos o sólo cumplen con cubrir el programa indicado sin considerar lo significativo del conocimiento abordado espacialmente o valorar el nivel de comprensión con que cuentan los propios educadores, vaya dilema. El dilema que se plantea presenta tintes de comprensión “intelectual” y “intersubjetiva”. (Morín, 1999)
La comprensión “intelectual” acontecida en las aulas no articula el texto y su contexto, es decir, aunque se explique correctamente el conocimiento no se logra vincular lo significativo del mismo con la realidad circundante de los estudiantes; para qué me sirve, ¿cómo lograr la comprensión social abstracta?, un gran reto, ¿verdad?. (Morín, 1999)
La comprensión “intersubjetiva”, podríamos considerarla como una parte complementaria del contexto por supuesto de gran importancia, sin embargo, es lo menos que se trabaja en las aulas, que conflicto. (Morín, 1999)
Si, consideramos la comprensión como un elemento básico e indispensable en las interacciones de los individuos inmersos en la sociedad tenemos obligatoriamente que plantearnos nuevos caminos para contribuir en la enseñanza de la comprensión haciendo presente el matiz de la ética con la pretensión de aportar también el mejoramiento de las relaciones humanas entre los individuos.


Abandono o perplejidad.

La interacción que hoy día presenta la sociedad en su colectividad resulta un tanto compleja además de complicarse con la mala ejercitación de los valores de convivencia, es decir, modifico la norma social de interacción de acuerdo al suceso presente siempre en beneficio singular del “Yo” tratando de evitar responsabilidades y en la búsqueda del fortalecimiento egocéntrico de la persona en detrimento de la comunidad en general, saltando de individuo a individuo, de ego a ego, que juego tan nefasto.

Bien, echemos un vistazo a los acontecimientos sociales que se practican en las instituciones escolares. En un ejercicio de observación participante al interior de alguna escuela podemos ver interacciones de los alumnos en constante actividad social entre grupos o pares que por supuesto atentan contra su integridad moral. Esto se permite por la búsqueda de ser reconocidos e identificados ante otros en el medio de desenvolvimiento si fuese el caso o peor aún el poder del más fuerte; son capaces de soportar una comunicación agresiva entre ellos, asimismo en la presencia de un profesor sufre variantes, sin embargo, persiste la comunicación ambivalente con el afán de nutrir el egocentrismo inconscientemente. El juego malévolo de algunos adolescentes para con otros.

Por otra parte, apreciemos el espacio formativo de la asignatura de Formación Cívica y Ética, se presentan resultados satisfactorios de acuerdo a las valoraciones presentadas por los docentes mismos que se quejan de las actitudes estudiantiles claro que no de sus alumnos sino de otros que no lo son y no lo serán, pero en ocasiones también de los suyos. Sin embargo, la actitud de la mayoría de los alumnos en general es atentatoria contra el respeto y tolerancia en cuanto la convivencia armónica de las personas.

Los contenidos de la asignatura se trabajan durante las diferentes sesiones programadas y obtienen buenos resultados educativos, pero no concuerda con la realidad, la actitud que se observa es la indiferencia de los docentes en cuanto la conducta de los adolescentes más la queja persiste sobre ellos; mal comportamiento, agresivos, flojos, sucios, entre otros. Pero la pregunta obligada ¿qué haces tú al respecto?, claro no atienden los acontecimientos que se suscitan cotidianamente entre unos y otros quizás se resuelvan por sí solos; otra vez la actitud de los docentes.

Sí, seguimos explorando los aconteceres de las acciones docentes y alumnos seguiríamos observando el problema de actitud de ambas partes, algunos queriendo prevalecer el poder que implica el cargo y otros el de atentar en contra de ellos sólo por la actitud mostrada, ¿qué dilema? –atiendo- o -entiendo- o será un problema de comprensión o de valores reflejada en la actitud de las personas, tú qué opinas: cambio o evolución. Por lo tanto, qué hacer para “enseñar la ética venidera”. (Morín, 1999)


Conclusión

Por lo descrito anteriormente considero que el problema es de actitud en todas las direcciones posibles, tanto por descuidar las formas y procedimientos que deben imperar en la enseñanza y por otra parte la traducción del lenguaje “valores negativos” que asfixian la convivencia armónica de la sociedad. Indudablemente se deben de aportar ideas con sustrato para mejorar las formas de enseñanza de la comprensión asimismo la valoración ética que queremos, complicado sin duda alguna, más con esfuerzo y dedicación obtendríamos avances significativos; atendiendo la dinámica expuesta propongo algunas acciones que tienen como objeto contribuir en la solución de dichas situaciones.
1. En la interacción familiar establecer espacios y tiempos concisos de convivencia privilegiando la comunicación clara además de anteponer la honestidad en todo momento del discurso.
2. Consensuar puntos de equilibrio en la relación padres e hijos, tolerantes y respetuosos.
3. Comprender a los integrantes de la familia más no fomentar el “egocentrismo”.
4. Laboralmente, fomentar la “humildad intelectual” mediante diálogos compartidos, además de proponer acuerdos y compromisos para mejorar la praxis docente.
5. Aportar estrategias de solución a las problemáticas que enfrentan los docentes al interior del aula.
6. Al ámbito como investigador propongo la siguiente reflexión:

Considero oportuno compartir algunas ideas que te encaminaran a tomar acuerdos y compromisos contigo mismo. Primero, hacerte constar que debes de acatar normas académicas para no incurrir en actos bochornosos que te conllevarían a actos de responsabilidad y remordimiento de conciencia, si de conciencia, por supuesto que te dolería incurrir en hechos pecaminosos o anómalos en cuanto el estudio de Maestría que por el momento estas cursando o ¿no es así? Así es...
Bien, me comprometo a respetar y hacer guardar las normas académicas de la institución en la cual cursare los estudios de Maestría. Qué prosigue ahora...
Ahora, debes de comprometerte contigo mismo a aprender a utilizar la referencia APA además de hacer un uso correcto y honesto de la autoría intelectual de otros en cuanto la producción de textos académicos se refiere.
...Muy bien, hago constar mi compromiso por aprender y utilizar correctamente la convención APA en todas las producciones textuales que realice. Por otro lado, me comprometo a respetar totalmente el pensamiento intelectual de otros así como saber utilizar los contenidos textuales de diferentes autores sin llegar al plagio intelectual. ¡Lo prometo!


Referencias
1. Morín, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Prólogo, capítulos VI y VII. Correo de la UNESCO.
2. Rojas, R. (1992). Formación de investigadores educativos. Capitulo XVII. Plaza y Valdés. México.





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